Rumi
Trepa, escala, sube enreda
Solo en ti encuentro razón, solo en tu persistencia encuentro abrigo.
Gentil, suavemente te dispones, te dispersas, y todo cede ante ti.
Al metal no se le ha ocurrido cuestionar tu óxido, mi cuerpo no se resiste a su descomposición, y el césped nunca va a parar de encontrar grietas en la acera.
Las cosas hermosas no piden atención.
¿Seremos capaces nosotros, tristes, pequeños y vanidosos de crear lo que tu? que sin manos, sin pincel ni pintura tomaste la luz del sol y la convertiste en todo esto.
Crecimos soñando alcanzar el cielo, pero nada más lejos de este que nuestros juguetes de carcaza metálica, tornillos y humo que insistimos mostrar como prueba de nuestra divinidad.
Yo nunca voy a crear tus paisajes, tus composiciones, tus mecánicas, tus sistemas.
Solo el árbol, conociendo su efímera existencia intenta alcanzar el sol y se levanta con grandeza.
Nunca pues un avión extenderá sus alas, con la belleza de un ave quien espera a su destino, sin el viento sobre su rostro ni el sol sobre sus plumas.
El intricado espiral, y la hermosa paleta de colores dispuesta sobre una concha que será descartada por un cangrejo sin consideraciones.
La fuerza que mueve al mundo dijo Rumi, los amores.
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